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Gran inversión en Colombia para proyectos de agua y saneamiento

El Gobierno de Colombia ha destinado 1 billón de pesos colombianos (aproximadamente 217 millones de euros) a impulsar proyectos de agua potable y saneamiento, con el objetivo de reducir las brechas de cobertura y mejorar la calidad del servicio en zonas urbanas y rurales. A pesar de haber ampliado la cobertura de acueducto del 57,8 % al 88,9 % en las últimas cuatro décadas, aún hay casi 3,2 millones de personas sin acceso al agua potable y unos 12 millones reciben un servicio de baja calidad. Este paquete de inversión, además de abordar los desafíos técnicos y ambientales, abre múltiples oportunidades para la participación del sector privado y empresas españolas en proyectos clave como el Plan Departamental de Agua y Saneamiento para la Paz, el Plan Maestro de Bogotá, la solución integral en La Guajira y la ampliación de la PTAR de Cartago.

Contexto y desafíos

Brecha en el acceso al agua

Aunque Colombia es uno de los países con mayor disponibilidad de recursos hídricos, cerca de 3,2 millones de personas carecen de acceso a agua potable y alrededor de 12 millones reciben un servicio de baja calidad. La cobertura de acueducto creció del 57,8 % al 88,9 % en los últimos 40 años, pero persisten marcadas diferencias entre áreas urbanas y rurales.

Saneamiento insuficiente

Solo el 52 % de las aguas residuales en Colombia se tratan adecuadamente, lo que conlleva riesgos sanitarios y de contaminación de fuentes de agua dulce. Resolver este déficit es esencial para garantizar la salud pública y la sostenibilidad hídrica.

Inversión gubernamental

Para cerrar estas brechas, el Gobierno ha asignado 1 billón de pesos colombianos (aprox. 217 millones de euros) a iniciativas de agua potable y saneamiento básico. Este esfuerzo presupuestario busca diversificar las fuentes de financiación y fomentar la colaboración público-privada (APP) para asegurar la viabilidad a largo plazo de los proyectos.

Oportunidades para el sector privado

El paquete de inversión incluye grandes programas y licitaciones que representan oportunidades estratégicas para empresas españolas especializadas en tecnología y gestión del agua.

Plan Departamental de Agua y Saneamiento para la Paz

Liderado por el Gobierno Nacional, este plan prevé una inversión superior a 3 billones de pesos colombianos. Su objetivo es optimizar plantas de tratamiento, redes de distribución y sistemas de alcantarillado en municipios rurales y vulnerables.

Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá

Con un presupuesto que supera los 10 billones de pesos (unos 2 102 millones de euros), este ambicioso plan está en plena ejecución e incluye la modernización de redes, la construcción de nuevos tanques de almacenamiento y la ampliación de plantas de tratamiento de aguas residuales.

Proyecto en La Guajira

El Ministerio de Vivienda convoca un concurso de méritos para diseñar una solución integral de suministro de agua potable en La Guajira, donde la cobertura rural apenas llega al 8 % y en municipios como Maicao y Uribia al 3 %. El proyecto, valorado en casi 29 000 millones de pesos colombianos y con un plazo de ejecución de 13 meses, contempla dos plantas desalinizadoras y una línea de conducción de 160 km.

Ampliación de la PTAR de Cartago

Gestionada por la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca, la ampliación de esta planta de tratamiento de aguas residuales cuenta con más de 60 000 millones de pesos (aprox. 40 millones de euros). Permitirá aumentar su capacidad de 520 a 660 l/s y garantizar el suministro hasta 2050 para 255 000 habitantes.

Perspectivas

La participación de empresas españolas en el ciclo integral del agua en Colombia ha crecido notablemente en los últimos años, con proyectos que cumplen altos estándares de calidad y eficiencia. La diversificación de financiación, el impulso de APP y la adopción de soluciones innovadoras serán claves para el éxito de esta iniciativa, cuyo objetivo final es lograr un acceso universal y sostenible al agua potable y al saneamiento.

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La crisis del agua impacta gravemente a la población y al medio ambiente

en 2022, 2 200 millones de personas carecieron de acceso a agua potable gestionada de forma segura. Al mismo tiempo, la agricultura representa el 72 % de las extracciones de agua dulce a nivel global, convirtiéndose en el principal consumidor de este recurso finito. Un informe de la ONU advierte que la intensificación de la agricultura y el cambio climático aumentarían la competencia por el agua, con posibles conflictos y riesgos para la seguridad alimentaria mundial.

1. Arroz

El arroz lidera la huella hídrica de los cultivos, con un promedio de 1 144 litros de agua por kilogramo producido. En el ciclo 2022–2023 se produjeron 525,6 millones de toneladas métricas de arroz, principalmente en China e India, lo que supone un aumento proyectado para 2024–2025 que podría alcanzar un máximo histórico de 537 millones de toneladas. Este cultivo forma parte del 72 % de las extracciones de agua dulce con fines agrícolas, lo que refuerza su protagonismo en la crisis hídrica global.

2. Caña de azúcar

La caña de azúcar requiere en promedio 1 280 litros de agua por kilogramo de producto, según la Water Footprint Network. En 2022 se superaron los 1 900 millones de toneladas cultivadas en el mundo, con Brasil aportando el 38 % de la producción global. Al ser un pilar del sector azucarero y etanolero, la caña de azúcar también condiciona la disponibilidad de agua en regiones con sequías recurrentes.

3. Poroto de soja

La soja muestra una huella hídrica media de 1 600 litros por kilogramo de grano, y hasta 11 400 litros por litro de biodiésel derivado. Con una producción mundial de 176,6 millones de toneladas en 75,5 millones de hectáreas, sus principales productores son Brasil, EE. UU. y Argentina, que concentran el 80 % de la oferta global. Este cultivo, característico del 72 % de uso agrícola del agua, es clave tanto para la alimentación como para los biocombustibles.

4. Algodón

El algodón requiere en promedio 6 055 litros de agua por kilogramo de fibra, según cálculos de la Water Footprint Network. Su riego intensivo en Asia Central provocó el desecamiento casi total del mar de Aral, un ejemplo emblemático del impacto hídrico de este cultivo. Al formar parte del 72 % de las extracciones de agua agrícola, el algodón subraya la necesidad de prácticas más sostenibles en el sector textil.

5. Aguacate o palta

El aguacate muestra una huella hídrica de 938 litros por kilogramo, pese a una producción global menor que los cultivos anteriores. En México (Michoacán y Jalisco) y en Petorca (Chile), la expansión de huertos de paltas ha exacerbado el estrés hídrico y restringido el acceso de las comunidades locales al agua. Este fruto forma parte del uso agrícola masivo del 72 % de las extracciones de agua, lo que agudiza la competencia por este recurso en zonas secas.

Impacto en comunidades y consumidores

Organizaciones como ONU-Agua y la FAO alertan sobre la afectación del derecho humano al agua en regiones donde la agricultura intensiva compite con el consumo doméstico. La UNESCO advierte que, sin cambios en la gestión, la desigualdad en el acceso al agua seguirá aumentando, con 2 200 millones de personas vulnerables en 2022. Frente a este desafío, los consumidores tienen un rol decisivo: elegir productos con menor huella hídrica puede impulsar transiciones hacia sistemas agrícolas más eficientes y equitativos.